El último libro cuya lectura hemos compartido en nuestro Diván de las Palabras ha sido ¡Vivir!, del escritor chino Yu Hua, todo un clásico de la literatura china contemporánea (que para muchos de nosotros es una gran desconocida).
Tuvimos la suerte de contar en la tertulia (aparte de té, para "ambientarnos" en la cultura oriental) con Alberto Martínez, que fue profesor de Historia en nuestro Instituto y ayer nos contó bastantes cosas del fondo histórico en que se enmarcan los sucesos de la novela, desde el Imperio hasta la Revolución Cultural de Mao, pasando por la guerra con Japón.
En general, sin provocar un entusiasmo extremo y con alguna excepción, la novela gustó, aunque coincidimos en señalar la distancia con que leímos su primera mitad, en la que el personaje protagonista (joven adinerado que maltrata y humilla hasta el extremo a su joven esposa) resulta hasta repulsivo y, por tanto, difícilmente se puede empatizar con él. También coindicimos, en general, en el impacto que nos causó la segunda parte, cuando el protagonista, ya empobrecido, aparece dedicado a su familia y a sortear la miseria y el hambre con su trabajo, en unos pasajes llenos de acontecimientos terribles, casi desoladores, narrados de una forma tan sencilla, ágil y directa que resulta aún más desnuda esa crudeza. Apenas hay introspección o reflejo de los pensamientos y emociones de los personajes, que, como en la vida, conocemos y deducimos por sus gestos y sus reacciones.
Comparamos la dureza de esos años (trabajo, miseria, hambre, crueldad, represión, machismo) con los duros años de la posguerra española, y no fue difícil encontrar similitudes, a pesar de la distancia geográfica y cultural de nuestro país con China. Especialmente llamativo resultó el machismo que impregnaba la vida cotidiana de aquí y de alli, que como bien resaltó alguna de nuestras tertulianas, parece estar ya en la raíz mítica sobre la que se han construido muchos de los "tics" mentales tanto de Occidente como de Oriente, ya que en ambas se sitúa la mujer como origen del mal, y en ambas es luego, en la vida cotidiana y a pesar de verse relegadas a seres humanos de segunda, las que actúan de pilares de la vida cotidiana y sortean con sorprendente fortaleza y resistencia las peores dificultades.
Nos estremecimos con la sucesión de muertes a las que sobrevive Fugui, el protagonista (especialmente desgarradora la de su hijo pequeño) y la tierna pero amarga historia del matrimonio de su hija sordomuda, con la que por fin parecía llegar la felicidad que se veía de nuevo bruscamente destrozada por la tragedia, a la que el protagonista sobrevive con una resignación que roza la indolencia y que no dejó de resultarnos llamativa. También coincidimos en destacar la dulzura de ese final, con el anciano que recuerda ese pasado que recorre la mayor parte de la historia de China en el siglo XX, lleno de miserias y pérdidas, en compañía de ese buey viejo e inútil en que decide gastarse sus ahorros sólo para salvarle la vida. Quizás porque el propio protanista ha llegado hasta ahí como ese buey, sorteando gracias al azar esa muerte que le ha rondado desde el principio y se ha llevado a todos los que fueron su familia.
Me quedo con lo que dijo una de nuestras contertulias: puede que el libro haya gustado más o menos, pero no lo olvidaremos.
En la sesión descubrimos además (de nuevo, gracias a Alberto) que hay una película basada en este libro, dirigida por Zhang Yimou en el año 1994, y muy premiada en sus momento (entre otros, en el festival de Cannes y en los premios Bafta).
Y ahora, tenéis los comentarios abiertos y expectantes para que compartáis vuestras impresiones y todo lo que queráis, mientras nos ponemos manos a la obra con la lectura (que seguro que resultará ágil, porque es uno de esos libros que engancha) de uno de los grandes clásicos de la literatura policíaca del siglo XX: Diez negritos, de la británica universal Agatha Christie, que comentaremos en nuestro Diván el martes 21 de febrero a las 16.30.
Este Diván nuestro siempre me resulta mágico, de el salen tertulias amenas y enriquecedoras, tertulianos divertidos y con muchos conocimientos, muchas palabras y también risas. La de ayer llego ademas llena de datos históricos sobre ese país, para mi gran desconocido, que nos ayudó a entender un poco más la trama del libro. Esto lo completamos con todos esos sentimientos que despertaron en nosotr@s los personajes y situaciones. Poniendo la guinda ese té estupendo que nos trasladó a esas tradiciones milenarias. ¿Que más se le puede pedir a nuestro Diván mágico? Solo una cosa, poder seguir disfrutándolo.
ResponderEliminar¡Estoy de acuerdo contigo!
EliminarTras unas sesiones de ausencia he vuelto al grupo y he vuelto a encontrar un grupo rico, diverso y entusiasmado por leer. La sesión ha vuelto a enriquecer la lectura de cada uno de nosotros. El intercambio de opiniones ha puesto color y sentimientos una lectura que, personalmente, no me había resultado especialmente interesante. Gracias a todos y a todas por otra gran tarde de libros.
ResponderEliminarMORIR ES VIVIR
ResponderEliminar“Vivir” es la novela de Yu Hua leída por el “Diván de las palabras” y comentada en una maravillosa tertulia en torno a un cálido té. Esta novela es un himno a la vida coreografiado por la muerte. Simboliza que vivir es morir y muestra la resignación de los asiáticos frente a la muerte, se enfrentan a ella con cordura y, a diferencia de los occidentales, que no acabamos de entenderla, sin histrionismo.
Vivir nos muestra la capacidad de los seres humanos de superar la adversidad en situaciones de extrema dureza. No hay que rebelarse sino aceptar el fin de la vida. Al leer la novela no deja de sorprendernos la resilentia de los asiáticos, su aceptación frente a la tragedia.
Nos afecta más la muerte de una persona que la de millones que sufren una guerra, o una hambruna. Yu Hua acercándonos a los personajes de su novela logra conmovernos y hacer que sintamos su hambre y su dolor como si fuesen nuestros.
El lirismo del ocaso que Yu Hua describe al final nos hace pensar que la vida es atravesar situaciones de extrema dureza, pero ello no debe impedirnos sentir la belleza y la ternura de nuestro entorno para sonreír, a pesar de todo. Morir es vivir,
Vivir es morir.
CARMEN SÁNCHEZ FLORÍA
¡Vivir! YuHua
ResponderEliminar“Yo sabía que el crepúsculo estaba a punto de pasar, y la noche a punto de caer. Vi la tierra espaciosa mostrar su pecho sólido, en actitud de llamada. Al igual que una mujer llamando a su hija, la tierra convocaba a las tinieblas de la noche.”
Así termina “Vivir”, la parte final del libro quizá sea la más poética, es el momento del sosiego para Fugui, su protagonista, “Como hierba mecida por el viento, vi el sosiego ondear a lo lejos.”
También encontramos pizcas de Realismo Mágico en el que un buey llora a raudales “Viendo al viejo buey llorar, tan triste, se me encogió el corazón.” “Él sabía que iba a morir, tenía un charco de lágrimas debajo de la cabeza.”
Pero el libro es de un Realismo aplastante. No tiene párrafos intensos, no profundiza en las emociones recreándose con las palabras, está escrito de una forma muy muy sencilla, parece que lo haya escrito un niño, sin embargo su lectura te engancha, te hace reír, te hace llorar, empatizas con los personajes, no tanto con Fugui al principio, pero si con Jiazhen, Fengxia, Youqing, Erxi, Kugen, son corazones puros, llenos de bondad, entrañables. La novela es como un cuento similar a Bambi, El rey león, Hermano oso …capaz de atrapar y emocionar desde lectores adolescentes hasta ancianos, cuentos en los que los personajes tienen un dolorosísimo aprendizaje de la vida, y en el caso de “Vivir” los protagonistas lo viven con sumisión.
La narración está marcada por la Historia de China más o menos desde los años 40 hasta los años 80. El escritor nos va señalando hechos históricos, no nos cuenta la Historia, se apoya en ella para desarrollar la trama. Los personajes son del medio rural, humildes campesinos que sufren las medidas tomadas por el gobierno, Fugui será reclutado forzosamente por el Kuomitang y vivirá el horror de la Guerra Civil China. Después el gobierno de la República Popular China implantará reformas económicas y sociales el “Gran salto adelante” que literalmente “los desangrará” y los matará de hambre, políticas que en algún caso llegan a lo absurdo como la producción masiva de acero, y por si esto fuera poco con la Revolución Cultural sufrirán la represión y la violencia de los jóvenes organizados en comités revolucionarios, los “Guardias rojos”.
Quiero destacar el papel de la mujer en esta sociedad y momento histórico, que no difiere mucho del nuestro. Vemos en el libro que la hija es a la que sacrifican sin estudiar para que el hijo si lo haga, que se prepare y se forme, “El destino de Fengxia era duro, y lo iba a ser toda su vida. Pero Youqing no podía pasarlo mal toda la vida.”
Realmente la mujer es el elemento familiar que más valor tiene, atiende el hogar, cuida a los mayores, a los hijos, trabaja en el campo …y sin embargo es la menos valorada.
“Vivir” es un libro que yo recomiendo, por su lectura sencilla y emocionante en la que se aprende Historia de China, y como dijo alguno de nuestros tertulianos es “Inolvidable”.
Mi puntuación es 8,5.
Ahhhhh, se me olvidaba!, como siempre lo mejor del libro su tertulia, echamos de menos a l@s que no pudieron venir, pero tuvimos la visita de Alberto y Carmen, fue un placer escucharles.
ResponderEliminarHola(empecemos de una forma educada con un hola jajaj).ME HA GUSTADO PERO...es muy triste la historia.Cuando leía el libro me decía: ¿por qué no muere ninguno y así todos somos felices? Luego me contestaba a mi misma y me decía: primero porque si no no hay libro XD y segundo porque la vida no es una película Disney;lamentablemente el libro representa la cruda realidad.
ResponderEliminar¿¿¿Soy la única que llore??01/03/17 ~LK
~LK.Puse los signos de interrogación al revés XD
ResponderEliminar¡Hola! LK, yo también lloré, parece que el escritor se pasa un poco con tanta muerte,¿ verdad?, supongo que el libro refleja un periodo de la historia de China en el que murieron familias enteras de hambre, de desnutrición , sobre todo familias pobres.
ResponderEliminarA mi también me hubiera gustado que por lo menos el abuelo se hubiera quedado con su nietecito pero... como tu dices " el libro representa la cruda realidad."
¡Hola! LK, yo también lloré, parece que el escritor se pasa un poco con tanta muerte,¿ verdad?, supongo que el libro refleja un periodo de la historia de China en el que murieron familias enteras de hambre, de desnutrición , sobre todo familias pobres.
ResponderEliminarA mi también me hubiera gustado que por lo menos el abuelo se hubiera quedado con su nietecito pero... como tu dices " el libro representa la cruda realidad."
¡lo he duplicado!
ResponderEliminar¡Mejor que sobre a que falte!